EL TRIGO
UN “VENENO COTIDIANO” PARA NUESTRA SALUD
Hace
ya unos años, el cardiólogo norteamericano Willian Davis, al ver que sus
pacientes no mejoraban con los tratamientos farmacológicos, decidió
recomendarles que suprimieran el trigo de su dieta. Y pudo comprobar como mejoraban de forma muy
notable cuando lo hacían, además de perder peso.
En
pocos meses comprobó cómo sus niveles de azúcar en sangre bajaron notablemente,
y cómo algunos diabéticos dejaron de serlo. Además, comprobó como la artritis,
la psoriasis, la sinusitis crónica, la irritación intestinal, el colesterol,
los problemas cardíacos, la presión arterial… mejoraron considerablemente. En
algunos casos, los problemas desaparecieron.
Publicó
el ensayo “Wheat Belly: Lose the Wheat, Lose the Weight, and Find your Path
Back to Health” con las conclusiones de sus estudios sobre los efectos
negativos del trigo genéticamente modificado (el trigo moderno). Como era de
esperar, la industria alimentaria lanzó
una campaña para desacreditarlo. Pero lejos de callar, los retó a un debate
televisivo. No obtuvo respuesta al respecto.
Él
establece una relación directa entre el consumo de cereales sometidos a
modificaciones genéticas con el aumento de número de diabéticos y de personas
obesas. “Dos rebanadas de pan aumentan
más los niveles de azúcar en sangre que dos barras de caramelos, debito al alto
índice glucémico del trigo que se cultiva hoy en día (un trigo transgénico)”.
De este modo, se desarrolla una resistencia a la insulina, provocando que vaya
en aumento el número de personas diabéticas.
Según
dice, “El agronegocio arruina nuestra salud”. El 90% del trigo que hay en el
mercado es transgénico. Dice que el valor nutricional de los cereales siempre
estuvo sobredimensionado, pero que fue a raíz de los avances genéticos
iniciados en la década de los 60 cuando “se convirtieron en perjudiciales para
la salud”. Ahora, contienen una nueva forma de proteína llamada gliadina que
actúa como un opiácea, estimulando el apetito, haciéndonos consumir muchas más
calorías de las que necesitamos.
Una
vez más podemos comprobar que la agroindustria ha puesto por delante de la
salud el rendimiento económico.
El
trigo que comemos hoy en día en poco se parece al que consumían nuestros
abuelos. Han convertido al trigo es un híbrido de mayor rendimiento económico.
Por
tanto, lo que él propone, es cambiar totalmente los hábitos alimenticios
dejando de comer los productos de trigo, para poder experimentar el beneficio
en nuestra salud.
No
es necesario que te creas nada. Experiméntalo en tu propio cuerpo.
Y
si te apetece, puedes leer su libro “SIN TRIGO, GRACIAS”.
Gracias
por ser responsable de tu salud.
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