POLEMICA SOBRE EL CONSUMO DE
Tengo que confesar que no acostumbro a ver la televisión, y que cada vez escucho menos informativos en la radio. Simplemente porque no me interesa que mi cerebro se llene de información negativa, de miedos infundados, de intereses comerciales...
Sin embargo, estando en el supermercado sacaron el tema. "¡Pobres carniceros!", decían. "¿Cómo van a mantener sus trabajos?"
Es curioso, primeramente, que prime el mantener el trabajo a la salud. En fin, todo es respetable.
Desde mi humilde opinión, la alimentación tiene una influencia total en nuestra salud. Y no es tanto el hecho de lo que comemos, sino la cantidad que comemos.
Por norma general, la gente come en exceso de todo. Y muchos, más que comer, tragan el alimento.
Y no es que el organismo necesite tanta cantidad para funcionar, es que el estrés, la ansiedad, las carencias afectivas que tenemos, los problemas emocionales, y un sinfín de cosas, nos hace comer mucho más de lo que necesitamos, para compensar todo eso.
De hecho, cuando comes menos, y apenas proteína animal, dispones de mucha más energía.
Al hablar de carne y embutidos, estamos hablando de proteína animal.
El organismo necesita proteína para regenerarse, igual que necesita hidratos de carbono, grasas saludables, vitaminas, minerales. La cuestión es que la ingesta diaria de proteína que el cuerpo necesita para funcionar bien es muy pequeña. Alrededor de 0.8gramos por kilo de peso de la persona. Es decir, que una persona de 60 kilos, necesitaría 48 gramos de proteína al día.
Está claro que esta cantidad se rebasa hasta límites insospechados en algunos casos, lo que hace que el organismo se llene de toxinas, las articulaciones pierdan su movilidad...
Por otro lado, debemos de tener en cuenta la manera en que se cría al ganado. La cantidad de hormonas, entre otras sustancias, que les dan para que crezcan más rápido... Los aditivos que les añaden a los embutidos, por ejemplo, para crear adicción... Conservantes, colorantes...
Es decir, son varias las cosas las que debemos tener en cuenta.
De todas formas, no hay nada mejor que experimentarlo en persona. Os animo a reducir durante una temporada el consumo de proteína animal (lácteos, carne, pescado), y comprobar los beneficios en vuestro propio cuerpo. Esto, acompañado de un aumento del consumo de frutas y verduras de temporada, cereales integrales, frutos secos, aceites de calidad... y, por supuesto, tiempo para relajarse y ejercicio físico moderado.
Esperando os haya ayudado en algo. Feliz día.